sábado, 30 de enero de 2010

Elegía Nocturna

Ay de mi corazón que nadie quiso
tomar entre mis manos desoladas.
Tú viniste a mirar sus llamaradas
y le miraste arder claro y sumiso.

(El pie profundo sobre el negro piso
sangró de luces todas las jornadas.
Ante los pies geográficos, calladas,
tus puertas invisibles, Paraíso.)

Tú que echaste a las brasas otro leño
recoge las cenizas y al pequeño
corazón que te mueve junta y deja.

Alguna vez suspirarás, alguna
noche de soledad oirás mi queja
tuya hasta el corazón como ninguna.

Carlos Pellicer

martes, 26 de enero de 2010

¿Porqué me Odias?

—Te amo... ¿por qué me odias?
—Te odio... ¿por qué me amas?
Secreto es éste el más triste
y misterioso del alma.

Mas ello es verdad... ¡Verdad
dura y atormentadora!
—Me odias, porque te amo;
te amo, porque me odias.

Rosalía de Castro

miércoles, 20 de enero de 2010

AL OÍDO DEL LECTOR

No fue pasión aquello,
fue una ternura vaga
lo que inspiran los niños enfermizos,
los tiempos idos y las noches pálidas.

El espíritu solo
al conmoverse canta:
cuando el amor lo agita poderoso
tiembla, medita, se recoge y calla.

Pasión hubiera sido
en verdad; estas páginas
en otro tiempo más feliz escritas
no tuvieran estrofas sino lágrimas.

José Asunción Silva

domingo, 17 de enero de 2010

Suspiro

Si en tus recuerdos ves algún día
entre la niebla de lo pasado
surgir la triste memoria mía
medio borrada ya por los años,
piensa que fuiste siempre mi anhelo
y si el recuerdo de amor tan santo
mueve tu pecho; nubla tu cielo,
llena de lágrimas tus ojos garzos;
¡ah! ¡no me busques aquí en la tierra
donde he vivido, donde he luchado,
sino en el reino de los sepulcros
donde se encuentran paz y descanso!

José Asunción Silva