lunes, 29 de noviembre de 2010

Como una Luz

Llegada la hora en que el astro se apague,
quedarán mis ojos en los aires que contigo fulguraban
Silenciosamente y como una luz
reposa en mi camino
la transparencia del olvido.

Tu aliento me devuelve a la espera y a la tristeza de la tierra,
no te apartes del caer de la tarde
-no me dejes descubrir sino detrás de ti
lo que tengo todavía que morir.

Jaime Saenz

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Amor Lejano

Abro, de par en par, el viento, la ventana
y te contemplo, amor, voy contemplando todo lo que fue mío:
los almendros alegres todavía,
y el mar en los almendros, la luz en los almendros,
y más mar todavía allá a lo lejos.
Quizá piense en tu piel,
quizá vaya pasando la mano por la corteza de los pinos,
quizá los años vayan cayendo como las gotas del grifo;
quizá los siglos.
Y quizá todavía te tenga entre los brazos,
como ayer, como siempre.

¿Oyes los montes? Puede que canten.
Puede que se derrumben,
que se acuerden de ti, que te nombren,
que inventen la palabra burbujeantes, nueva, '
como el agua de los neveros despeñándose,
como mi voz en medio de la noche.
-¿Duermes, amor?
No me contesta nadie. Sé que duermes.
Bernia, como un gran perro bajo la luna,
se acurruca a mis pies.
Oigo su palpitar estremecido.
Ifach, allá a lo lejos, se nos hunde en el mar,
golpea las estrellas con su silencio.
Más cerca, las luces chiquitinas, lentas y fieles de Guadalest.
vuelvo a rozar tu sueño
tu piel con luna,
los dos ríos lejanos de tus piernas.
Tú, montaña también, valle dormido,
mar toda tú.
-¿Duermes, amor?
Gotea el grifo, ladra un perro
infinito, remoto como la eternidad.
Voy a ciegas, tanteo las paredes
y los acantilados y los vientos.
Te amé, te estoy amando, te estoy llamando.
Sólo un eco de piedra me contesta:
Aytana, Chortá, Bernia...
La casa está vacía.
El silencio respira aquí, a mi lado.

José Albi

viernes, 19 de noviembre de 2010

No verte

Un día y otro día y otro día.
No verte.

Poderte ver, saber que andas tan cerca,
que es probable el milagro de la suerte.
No verte.

Y el corazón y el cálculo y la brújula,
fracasando los tres. No hay quien te acierte.
No verte.

Miércoles, jueves, viernes, no encontrarte,
no respirar, no ser, no merecerte.
No verte.

Desesperadamente amar, amarte
y volver a nacer para quererte.
No verte.

Sí, nacer cada día. Todo es nuevo.
Nueva eres tú, mi vida, tú, mi muerte.
No verte.

Andar a tientas (y era mediodía)
con temor infinito de romperte.
No verte.

Oír tu voz, oler tu aroma, sueños,
ay, espejismos que el desierto invierte.
No verte.

Pensar que tú me huyes, me deseas,
querrías encontrarte en mí, perderte.
No verte.

Dos barcos en la mar, ciegas las velas.
¿Se besarán mañana sus estelas?

Gerardo Diego

viernes, 12 de noviembre de 2010

Adios

Las cosas que mueren jamás resucitan,
las cosas que mueren no tornan jamás.
¡Se quiebran los vasos y el vidrio que queda
es polvo por siempre y por siempre será!

Cuando los capullos caen de la rama
dos veces seguidas no florecerán...
¡Las flores tronchadas por el viento impío
se agotan por siempre, por siempre jamás!

¡Los días que fueron, los días perdidos,
los días inertes ya no volverán!
¡Qué tristes las horas que se desgranaron
bajo el aletazo de la soledad!

¡Qué tristes las sombras, las sombras nefastas,
las sombras creadas por nuestra maldad!
¡Oh, las cosas idas, las cosas marchitas,
las cosas celestes que así se nos van!

¡Corazón... silencia!... ¡Cúbrete de llagas!...
?de llagas infectas? ¡cúbrete de mal!...
¡Que todo el que llegue se muera al tocarte,
corazón maldito que inquietas mi afán!

¡Adiós para siempre mis dulzuras todas!
¡Adiós mi alegría llena de bondad!
¡Oh, las cosas muertas, las cosas marchitas,
las cosas celestes que no vuelven más! ...

Alfonsina Storni

viernes, 5 de noviembre de 2010

Amor

Amor...
única llama que me queda de Dios
en el sendero cierto de lo incierto.

Aquí,
desesperada,
me contemplo la vida en un hueco del tiempo.

Entrecortando pasa el sendero de luz
que esperancé de sueño.

¡Oh mañanas azules que se quedaron muertas,
volando en el espacio!

¡Oh anudada caricia que amaneces dispersa,
cuando despierta el cuerpo!

¡Oh querer desterrarme de mis pasos turbados...!
¡Multiplican en ecos!

Aquí, junto al continuo gravitar de la nada,
¡cómo asaltan mi espíritu los silencios más yermos!

Mi esperanza es un viaje flotando entre sí misma...
Es una sombra vaga sin ancla y sin regreso.

Mis espigas no quieren germinar al futuro.
¡Oh el peso del ambiente!
¡Oh el peso del destierro!

¡Amor...!
Hasta la leve ronda de tu voz perturbada,
me partió la ola blanca que quedaba en mi pecho.

Julia Burgos

jueves, 30 de septiembre de 2010

Amor Callado

Amor callado, que jamás se queja;
amor que, en la discreta madrugada,
sólo acierta a poner, junto a tu reja,
la ilusión de una estrofa perfumada.

Amor de un alma taciturna y vieja;
amor que es como música olvidada,
que tiene azul resignación de oveja,
que lo dá todo y no pide nada.

Amor es eso, amar como te amo,
sin medir tu desdén, sin que un reclamo
haga que el alma de esperanza estalle.

Amor sin arrebatos y sin ruido,
que espera que tu hogar esté dormido
para pasar entonces por tu calle.

Miguel A. Peguero.

viernes, 24 de septiembre de 2010

Tú, Que Nunca Serás

Sábado fue, y capricho el beso dado,
capricho de varón, audaz y fino,
mas fue dulce el capricho masculino
a este mi corazón, lobezno alado.

No es que crea, no creo, si inclinado
sobre mis manos te sentí divino,
y me embriagué. Comprendo que este vino
no es para mí, mas juega y rueda el dado.

Yo soy esa mujer, que vive alerta,
tú el tremendo varón que se despierta
en un torrente que se ensancha en río,

y más se encrespa mientras corre y poda.
Ah, me resisto, más me tiene toda,
tú, que nunca serás del todo mío.

Alfonisna Storni

viernes, 17 de septiembre de 2010

TRISTEZA

La tristeza me embarga
Escucha mi corazón que muere
de tristeza y desilución
Mi castillo de ensueños, fantasias
y ilusión se ha convertido en un
castillo de lagrimas, tristeza y desilución
En los balcones ya no hay flores
sólo pétalos secos, malchitados
por tu silencio, por tu rechazo y desamor
Ya no se escuchan melodias hermosas
sólo sollosos del corazón
El arcoiris no brilla ha perdido
su color, sus colores se esfumaron
como se esfumo tu amor
Los espejos que reflejaban la
felicidad en mi rostro y brillaban
con resplendor, ahora sólo reflejan
tristeza, miradas cubiertas de dolor
Lagrimas cubren mi rostro y han
convertido mi castillo en un mar
de desilución, de noches de ensueños
en penumbras dejaste mi amor...

viernes, 10 de septiembre de 2010

Desilución

Dejare mi corazón en blanco, en el vacio para
no decir lo que siento! Pensare que me siento
feliz y que la razón no me lleva al llanto...
Si supieras que muero por no poder decirte
cuando te extraño y te necesito mi amor
Que los dias me parecen siglos desde que a
tu lado no estoy
Que en mi corazón dejaste huellas y sin ti
no se quien soy
Que entre lágrimas escribo poemas para no ahogar
en la tristeza a mi pobre corazón
Que la tristeza me domina y tu indiferencia
me destroza el corazón
Que mi corazón esta sangrando y se ha perdido
en un abismo de lágrimas y desilución...

Anónimo

viernes, 3 de septiembre de 2010

Hoy me habla el Corazón

Hoy me habla el corazon, que por quererte,
la marcha de su ritmo ha apresurado;
me dice, que de amarte esta cansado
y que hoy tan solo aspira a aborrecerte ...

Oh, pobre corazon! Esta tu suerte
unida a mi cerebro enamorado,
es tu destino amar y ser amado ...,
hasta que en el amor halles la muerte.

Y como un volcan que estalla en noche oscura,
asi mi corazon dentro del pecho,
estalla y se deshace en su amargura.

Mas dia llegara que indiferente
no llore el corazon, y a tu despecho,
se borren tus recuerdos de mi mente.

Clemente Sancho Lozano

lunes, 31 de mayo de 2010

Traición

Oscura gruta tu garganta
como el filo de un vacío
cuando el sol ahí se mete

Icaro en descenso:
caída libre por las cuerdas vocales

Tus palabras disuelven su veneno fértil
elixir de alacrán en mi oído.
¡Esa hoguera diminuta
que prendió tu corazón
con sus manos de bruja!

Escúpelo.

Françoise Roy

miércoles, 26 de mayo de 2010

el amor y los relatos de la revolución

el tiempo del amor se acaba como una hoja agrietada.
y las historias de batallas que pueblan de héroes la revolución
se encuentran en libros de relatos
de magia sin par,
repito:

que las historias de amor se acaban cuando menos lo piensas
igual que las batallas
las victorias
y la gloria.

Jorge Ernesto Olivera

domingo, 16 de mayo de 2010

El silencio de unos ojos

Qué me dicen tus dulces ojos negros,
tan cargados de sombras, ¡oh, adorada!
que en la noche me basta su recuerdo
para llenar mi corazón de lágrimas.

Qué me dicen tus dulces ojos negros,
en su silencio lleno de palabras
tan leves, que el oído nunca advierte
cuando se adentran en mi oscura entraña...

Tal dos aves que buscan su refugio
en un agrio peñón de oculta playa,
y en su áspero nidal, en vez de cánticos
alzan al cielo súplicas calladas.

Fabio Fiallo

domingo, 9 de mayo de 2010

Nostalgia

Como río que pierde sus riberas
mi corazón invades. Yo te siento
en cuanto se repliega el pensamiento
hacia sus más recónditas laderas.

Quema tu paso, queman tus hogueras
y la razón se queda sin sustento.
El alma la modela el sentimiento
y se exaltan las viejas primaveras.

¡Oh ciega fuente de melancolías
que se lleva tan sólo nuestro olvido
y nos deja tan sólo la tristeza!

¡Cómo mueres en mí todos los días
y en tu niebla recobra su sentido
la España a la que vuelvo la cabeza!

Adolfo Sanchez Vazquez

lunes, 29 de marzo de 2010

Cuando el amor se va

Cuando el amor se va,
parece que se inmensa.

¡Cómo le aumenta el alma
a la carne la pena!

Cuando se pone el sol
lo ahondan las estrellas



CIERRA CIERRA LA PUERTA


Cierra, cierra la puerta,
como a ella le gustaba...
¡Que se encuentre a su gusto
su recuerdo!

Juan Ramón Jiménez

miércoles, 24 de marzo de 2010

Mi corazón...

Mi corazón no puede con la carga
de su amorosa y lóbrega tormenta
y hasta mi lengua eleva la sangrienta
especie clamorosa que lo embarga.

Ya es corazón mi lengua lenta y larga,
mi corazón ya es lengua larga y lenta…
¿Quieres contar sus penas? Anda y cuenta
los dulces granos de la arena amarga.

Mi corazón no puede más de triste:
con el flotante espectro de un ahogado
vuela en la sangre y se hunde sin apoyo.

Y ayer, dentro del tuyo, me escribiste
que de nostalgia tienes inclinado
medio cuerpo hacia mí, medio hacia el hoyo

Miguel Hernández

miércoles, 17 de marzo de 2010

Dice que me quiere

Dice que me quiere
(a ratos, a veces y a dias)
luego me pide perdón
por sus fechorías.
( Mi destino no da más
ni va a más.)
MENOS DA UNA PIEDRA.
¿Sigo?
Con llanto en el pellejo.
¿O me alejo y lo dejo?

Gloria Fuertes

miércoles, 10 de marzo de 2010

Estoy triste, y mis ojos no lloran

Estoy triste, y mis ojos no lloran
y no quiero los besos de nadie;
mi mirada serena se pierde
en el fondo callado del parque.

¿Para qué he de soñar en amores
si está oscura y nuviosa la tarde
y no vienen suspiros ni aromas
en las rondas tranquilas del aire?

Han sonado las horas dormidas;
está solo el inmenso paisaje;
ya se han ido los lentos rebaños;
flota el humo en los pobres hogares.

Al cerrar mi ventana a la sombra,
una estrena brilló en los cristales;
estoy triste, mis ojos no lloran,
¡ya no quiero los besos de nadie!

Soñaré con mi infancia: es la hora
de los niños dormidos; mi madre
me mecía en su tibio regazo,
al amor de sus ojos radiantes;

y al vibrar la amorosa campana
de la ermita perdida en el valle,
se entreabrían mis ojos rendidos
al misterio sin luz de la tarde...

Es la esquila; ha sonado. La esquila
ha sonado en la paz de los aires;
sus cadencias dan llanto a estos ojos
que no quieren los besos de nadie.

¡Que mis lágrimas corran! Ya hay flores,
ya hay fragancias y cantos; si alguien
ha soñado en mis besos, que venga
de su plácido ensueño a besarme.

Y mis lágrimas corren... No vienen...
¿Quién irá por el triste paisaje?
Sólo suena en el largo silencio
la campana que tocan los ángeles.

Juan Ramón Jiménez

viernes, 5 de marzo de 2010

Tu corazón una naranja helada...

Tu corazón una naranja helada...

Tu corazón, una naranja helada
con un dentro sin luz de dulce miera
y una porosa vista de oro: un fuera
venturas prometiendo a la mirada.

Mi corazón, una febril granada
de agrupado rubor y abierta cera,
que sus tiernos collares te ofreciera
con una obstinación enamorada.

¡Ay, qué acometimiento de quebranto
ir a tu corazón y hallar un hielo
de irreductible y pavorosa nieve!

Por los alrededores de mi llanto
un pañuelo sediento va de vuelo
con la esperanza de que en él lo abreve.

Miguel Hernández

sábado, 30 de enero de 2010

Elegía Nocturna

Ay de mi corazón que nadie quiso
tomar entre mis manos desoladas.
Tú viniste a mirar sus llamaradas
y le miraste arder claro y sumiso.

(El pie profundo sobre el negro piso
sangró de luces todas las jornadas.
Ante los pies geográficos, calladas,
tus puertas invisibles, Paraíso.)

Tú que echaste a las brasas otro leño
recoge las cenizas y al pequeño
corazón que te mueve junta y deja.

Alguna vez suspirarás, alguna
noche de soledad oirás mi queja
tuya hasta el corazón como ninguna.

Carlos Pellicer

martes, 26 de enero de 2010

¿Porqué me Odias?

—Te amo... ¿por qué me odias?
—Te odio... ¿por qué me amas?
Secreto es éste el más triste
y misterioso del alma.

Mas ello es verdad... ¡Verdad
dura y atormentadora!
—Me odias, porque te amo;
te amo, porque me odias.

Rosalía de Castro

miércoles, 20 de enero de 2010

AL OÍDO DEL LECTOR

No fue pasión aquello,
fue una ternura vaga
lo que inspiran los niños enfermizos,
los tiempos idos y las noches pálidas.

El espíritu solo
al conmoverse canta:
cuando el amor lo agita poderoso
tiembla, medita, se recoge y calla.

Pasión hubiera sido
en verdad; estas páginas
en otro tiempo más feliz escritas
no tuvieran estrofas sino lágrimas.

José Asunción Silva

domingo, 17 de enero de 2010

Suspiro

Si en tus recuerdos ves algún día
entre la niebla de lo pasado
surgir la triste memoria mía
medio borrada ya por los años,
piensa que fuiste siempre mi anhelo
y si el recuerdo de amor tan santo
mueve tu pecho; nubla tu cielo,
llena de lágrimas tus ojos garzos;
¡ah! ¡no me busques aquí en la tierra
donde he vivido, donde he luchado,
sino en el reino de los sepulcros
donde se encuentran paz y descanso!

José Asunción Silva